lunes, 18 de abril de 2011

Platicando con mi Álter ego.

No eres más que un producto de mi imaginación, pensé alguna vez.  Una tonta visión que vaga por mi mente, una ilusión, una tortura, una serie de ideas ordenas que rondan por ahí.
Maldito álter ego, tan cambiante, tan inestable, tan yo.

¿Mi álter ego o yo?
Elegir es algo difícil, sabiendo que la mayoría solo te conoce a ti. 
Últimamente no se quien soy, inestable, inmadura, egoísta. Hay que admitir que yo no era así hasta que tu te apoderaste de mi mente, de mi cuerpo y todo lo que conllevan mis acciones. 
Bendito seas, si, por que gracias a ti llegué a ser lo que soy, a ese espíritu tan cambiante, tan radiante y feliz como ahora. Maldito seas también, por que abandoné a aquella niña dulce y tierna que vivía en mi.

Conversemos un poco, dime que quieres, que buscas. Platicar conmigo misma no ha de ser malo, álter ego explícame, ¿Que pasó? ¿Cuando llegaste? ¿Cómo entraste? Difíciles preguntas sobre el cambio.

Aún así debo admitir que eres bueno, tienes como todo tu lado sensible, como yo. No tan externo, no tan interno, solo lo necesario.

No me despido de ti, álter ego. Siempre vienes conmigo.


1 comentario:

  1. Todos tenemos llevamos dentro a un Dr. Jekyll y a un Mr. Hyde.

    ResponderEliminar